El mercado cripto arranca la semana con caídas tras rebaja de la calificación crediticia de EE. UU. por Moody’s

Las criptomonedas han comenzado la semana con pérdidas generalizadas, en un contexto marcado por la incertidumbre tras la decisión de Moody’s de rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos. El bitcoin (BTC) retrocede un 0,7 % y se sitúa en torno a los 102.900 dólares, mientras que ethereum (ETH) cae más de un 3 %, cotizando cerca de los 2.400 dólares.

Las altcoins no escapan a esta corrección: Avalanche lidera las pérdidas con una caída del 5,3 %, seguida por Hyperliquid (-5,1 %), Solana (-4,7 %) y Cardano (-3,7 %).

La decisión de Moody’s, que quitó a EE. UU. la nota máxima ‘AAA’ para ubicarla en ‘Aa1’, se basa en el aumento de la deuda pública, los desafíos fiscales y el mayor coste de refinanciación ante un entorno de tipos de interés elevados. Aunque otras agencias como S&P y Fitch ya habían tomado medidas similares, el anuncio generó inquietud entre los inversores.

La credibilidad de Moody’s

“La credibilidad de Moody’s hubiera quedado en entredicho si no hacía lo mismo”, opinó Ipek Ozkardeskaya, analista sénior en Swissquote Bank. La experta explicó que cuando los bonos soberanos se perciben como más riesgosos, pierden valor como colateral, lo que eleva sus rendimientos. De hecho, los bonos del Tesoro a 10 y 30 años subieron un 1,7 % y casi un 2 % respectivamente, con el bono a 30 años alcanzando el 5 %, un nivel no visto desde abril.

En este contexto, el sentimiento entre los inversores en criptomonedas se mantiene dividido. Según 10x Research, los operadores nativos del ecosistema siguen mostrando dudas, como si el bitcoin aún estuviera en los 30.000 dólares. Muchos permanecen poco expuestos al actual rally o incluso han tomado posiciones bajistas.

Para estos analistas, el verdadero motor del ciclo alcista actual está en el flujo creciente de capital institucional. Firmas como Strategy (antes MicroStrategy) y la japonesa Metaplanet han aumentado sus posiciones en BTC. Sin embargo, la participación institucional en Strategy todavía se encuentra en niveles bajos (46 %), lejos de compañías como Apple (60 %) o Microsoft (70 %), lo que deja margen para una mayor entrada de grandes inversores en el futuro.

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