El fundador de la malograda plataforma de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried, aseguró este miércoles que no era consciente de que los fondos de los clientes se redirigían a su firma de inversiones asociada, Alameda, uno de los principales motivos que la llevó a la bancarrota.
En una entrevista virtual retransmitida en vivo por el diario The News York Times, Bankman-Fried dijo que no mezcló fondos «a sabiendas», que él no era quien dirigía Alameda y que sólo ha tenido conocimiento de lo que ocurría en las últimas semanas, cuando se han desvelado públicamente los hechos.
FTX se declaró en quiebra el pasado 11 de noviembre y la semana pasada los nuevos gestores de la compañía comparecieron por primera vez ante el tribunal de bancarrotas del estado de Delaware (EE.UU.) para comenzar el proceso de reestructuración.
Los abogados de la nueva directiva y su actual responsable, John Ray, sostienen que una «cantidad sustancial» de los activos de la compañía podrían haber sido robados o están desaparecidos.
Los nuevos gestores también han denunciado que la empresa tenía una «ausencia total de controles corporativos» y una falta de «información financiera fiable».
La plataforma, que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares, podría tener más de un millón de acreedores en todo el mundo. Hasta ahora, la compañía ha admitido que debe más de 3.000 millones de dólares a sus 50 principales acreedores.
Sin embargo, Bankman-Fried responsabiliza de la quiebra en parte a la masiva venta de criptomonedas que se produjo a principios de año.
Para el fundador de la empresa, esa venta redujo a la mitad la garantía de FTX, de unos 30.000 millones de dólares.
Llegados a esa situación, según Bankman-Fried, la venta de criptomonedas continuó, combinada con una restricción crediticia y una «huida del banco», lo que redujo la garantía a 9.000 millones antes de que FTX se declarara en quiebra.