Trump nombra a Bo Hines para liderar el consejo presidencial de Criptomonedas

En un anuncio realizado en Truth Social el domingo, el expresidente Donald Trump designó a Bo Hines, exjugador de fútbol universitario y excandidato republicano al Congreso, como Director Ejecutivo del recién creado Consejo Presidencial de Asesores para Activos Digitales, conocido informalmente como el «Consejo Criptográfico».

Un equipo para liderar la innovación en criptoactivos

Hines trabajará junto a David Sacks, previamente designado por Trump para supervisar los temas de criptografía e inteligencia artificial en la Casa Blanca. En sus palabras, Trump destacó que ambos «fomentarán la innovación y el crecimiento en el ámbito de los activos digitales, garantizando un entorno propicio para que esta industria prospere y continúe siendo una piedra angular del avance tecnológico de nuestra nación».

Un perfil polémico

Bo Hines tiene antecedentes mixtos en el ámbito político. Fue candidato republicano en el distrito 13 del Congreso de Carolina del Norte en 2022, pero perdió en las elecciones generales frente a su oponente demócrata. En su intento de regresar a la política en 2024, no logró asegurar la nominación republicana, quedando en cuarto lugar.

Además, su campaña de 2022 recibió financiamiento de grupos de acción política pro-criptomonedas, incluyendo fondos del ejecutivo de FTX Ryan Salame, quien actualmente cumple una sentencia de prisión por cargos relacionados con contribuciones políticas ilegales.

Otros nombramientos económicos

En el mismo día, Trump anunció al exfuncionario del Departamento del Tesoro, Stephen Miran, como presidente de su Consejo de Asesores Económicos. Miran es conocido por sus críticas a la regulación financiera que, según él, «inhibe la innovación en áreas como la criptoeconomía».

Impacto esperado

El nombramiento de Hines refuerza la narrativa pro-criptomonedas de Trump, aunque podría generar controversia debido a las conexiones pasadas de Hines con financiadores cuestionados. Con su administración buscando crear un entorno más amigable para los activos digitales, estos movimientos destacan una clara apuesta por consolidar el sector criptográfico como un motor clave de crecimiento económico y tecnológico en Estados Unidos.

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