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Hong Kong es un territorio autónomo y una antigua colonia británica en el sureste de China.
Los asentamientos humanos más antiguos de Hong Kong datan del período Neolítico, hace unos 6000 años.
En 1513, el explorador portugués Jorge Álvares fue el primer europeo en visitar la región.
El gobierno Qing estableció el Sistema de Cantón en 1757 para regular las operaciones comerciales más estrictamente, al limitar el acceso a Cantón a los buques extranjeros que no fuesen rusos.
Lo anterior llevó a una respuesta militar británica que se tradujo en la primera guerra del opio, un conflicto que finalizó en 1842 con la derrota de los Qing.
El 29 de agosto de ese año se firmó el Tratado de Nankín mediante el cual Hong Kong quedó constituido como una colonia británica.
La transferencia definitiva de este territorio a China ocurrió el 1 de julio de 1997, después de poco más de un siglo y medio de dominio británico.
En la actualidad ha priorizado desde entonces otras áreas como la inversión en robótica, para competir con países como Singapur o Japón.
Su nivel de autonomía es muy superior al del resto del país.
De hecho, su política migratoria es completamente distinta a la de China continental, cuyos ciudadanos no tienen el derecho de residencia sin restricciones.
A diferencia del resto de China, en Hong Kong existe la separación de poderes, tal y como se estipula en el Capítulo IV de la ley básica.
Recaen en el Consejo Ejecutivo, el Consejo Legislativo y la Judicatura.
Si bien este territorio no tiene competencias en política exterior, ya que estas recaen sobre el gobierno de Pekín.
Para ello, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular China tiene un comisionado en Hong Kong.
Este se encarga de los asuntos con los países extranjeros que le conciernen.
Dispone de una economía de libre mercado enfocada al sector servicios, especialmente al comercio, las finanzas y las telecomunicaciones.
Según la ley básica, el territorio puede mantener su sistema económico de forma independiente al de la China continental.
Incluyendo sus propios impuestos, así como su propia moneda.
La bolsa de este territorio es una de las más grandes del mundo, ya que en 2019 cerró con una capitalización de mercado de 38 billones HKD.
El comercio es la principal actividad de Hong Kong por su peso en la economía, porque en 2020 movió 8.19 billones HKD, alrededor del triple de su PIB.
