La pandemia ha colocado en ebullición el negocio del envío de la compra del supermercado a casa y ha propiciado la aparición de nuevos operadores que pretenden hacerle la competencia a las cadenas tradicionales, con el reparto en apenas diez minutos como «gancho».
El fenómeno es global y tiene en España uno de sus escenarios: sólo en las últimas semanas se han estrenado dos «start up» llamadas Dija y Blok, capaces de recaudar millones de euros en rondas de financiación incluso antes de empezar a operar.
El modelo utilizado por ambas es similar y se basa en la apertura a un ritmo vertiginoso de pequeñas tiendas cerradas al público («dark stores») en diferentes zonas de la ciudad desde donde poder servir a un radio de 10 minutos en bicicleta.
Estos establecimientos funcionan como almacenes con un número limitado de referencias -en torno a las 2.000-; el consumidor hace la compra a través de su aplicación y la recibe en su domicilio.
La estrategia es parecida a la que sigue desde hace años Glovo, que además de encargarse de las tareas de reparto para restaurantes y cadenas como Carrefour o DIA también cuenta con tiendas cerradas al público desde donde realiza entregas «ultrarrápidas».
De hecho, incluso algunos grupos de distribución tradicionales están empezando a cerrar supermercados físicos para convertirlos en este tipo de almacenes y centralizar ahí sus pedidos vía «online», como es el caso de DIA.
Las compras online, imparables
Todos estos movimientos responden a una misma dinámica: en pandemia muchos consumidores probaron la opción de hacer su compra por internet y una parte de ellos pretende seguir haciéndolo.
Un factor clave en la expansión de esta red de mini-almacenes es la evolución del mercado inmobiliario, con múltiples locales cerrados en el centro de las ciudades debido a que la covid-19 les asestó la estocada final.
«Hay cierres y han bajado los precios», resalta en declaraciones a Efeagro el líder de Dija en España, David Alonso, quien cita como ejemplo que acaban de instalarse en lo que antes era una galería de arte, una antigua casa de subastas y un bazar chino.
El caso de esta «start up» londinense -con presencia en Reino Unido, Francia y España- es paradigmático, ya que logró recaudar 20 millones de dólares a principios de año y ya están preparando otra ronda.
«El mercado está muy caliente (…) Piensa que nosotros en enero tenemos una reunión con inversores a los que presentamos un Power Point y se les dijo que empezábamos el día 15, una semana después… Y al final lo conseguimos, acabamos comprando todo en el supermercado de al lado y yo mismo hice el reparto el primer día «, recuerda Alonso.
«En España somos pocos competidores, pero en Londres ya es salvaje, todas las marquesinas de autobús están tomadas por anuncios de compañías como nosotros. Al final hablamos de un mercado -el de la compra del súper- que es seis veces más grande que el de la comida de restaurante a domicilio, hay mucha más frecuencia», argumenta.
La empresa acaba de dar sus primeros pasos -lleva dos semanas operativa en Madrid-, pero ya asegura haber tenido días de hasta 500 pedidos, muy por encima de sus expectativas. Por el momento cobra 0,99 euros por el coste del envío.
Ya cuentan con seis «dark store» en la capital y pretenden abrir tres más antes del verano, tras lo que llegará el turno de expandirse a Valencia, Barcelona, Sevilla y Málaga; emplean a 25 personas en oficina y a 150 personas entre almacenes y repartidores, todos «con contrato indefinido» y sin autónomos.
25 millones de euros de facturación en un año
El relato de la española Blok es parecido: completaron su primera ronda de financiación en enero -no dan cifras- y ya preparan una segunda, contrataron al personal -todos indefinidos- en febrero y arrancaron las operaciones en marzo para contar ya con siete tiendas entre Barcelona, Madrid y Milán y 200 empleados.
«Esto marca un antes y un después porque poder recibir tu compra en diez minutos cambia tu concepción. Ahora llegas a casa, abres la nevera, piensas qué quieres cocinar, ves qué te falta y lo pides. El tiempo de espera es prácticamente el mismo que lo que tarda en hervir el agua», resume su cofundador Hunab Moreno.
Montado por ex trabajadores de Deliveroo y Ubereats, Blok -que de momento no cobra el envío como forma de promoción- pretende recuperar el modelo del ultramarino o el colmado «de antaño», y quiere diferenciarse apostando por incluir en su surtido alimentos producidos por marcas locales.
Sus metas son ambiciosas y pasan por abrir varias decenas de tiendas por España, Portugal e Italia para acabar su primer año con una facturación de 25 millones de euros y una plantilla de unas 2.000 personas.