La minería china de criptomonedas está experimentando un cambio hacia el continente africano, con Etiopía emergiendo como un destino privilegiado para las empresas chinas de criptominería, según un reciente informe de Bloomberg.
Etiopía, a pesar de prohibir oficialmente el comercio de criptomonedas, legalizó la minería de Bitcoin en 2022. Esto ha generado un interés creciente por parte de las empresas chinas, que buscan nuevos centros de inversión tras la prohibición en China en 2021.
Según el informe de Bloomberg, de las 21 empresas que han cerrado acuerdos con el monopolio energético de Etiopía, 19 son chinas. Este flujo de inversión se debe en gran parte a la disponibilidad de electricidad barata en el país africano, donde el 92% de la energía proviene de fuentes hidroeléctricas. A pesar de que casi la mitad de la población de Etiopía carece de acceso a la electricidad, la abundancia de este recurso atrae a los mineros de criptomonedas.
Factores clave para la minería china
El clima templado de Etiopía también es un factor clave, ya que ofrece condiciones óptimas para las operaciones mineras. A diferencia de Texas, el principal centro minero de Estados Unidos, donde las altas temperaturas pueden encarecer el proceso de enfriamiento de las máquinas, Etiopía ofrece un entorno más favorable para esta actividad.
El informe también señala que algunos mineros pueden estar operando bajo diferentes fachadas, como fábricas o proyectos agrícolas, para acceder a la electricidad sin la aprobación oficial del estado para la minería china de Bitcoin. Sin embargo, existe incertidumbre debido a posibles cambios políticos en el país que podrían afectar estas operaciones.
Mientras tanto, en otras partes de África, la energía hidroeléctrica está siendo utilizada de manera beneficiosa, como en la República Democrática del Congo, donde se ha implementado para apoyar un parque nacional y a la población local.
En resumen, la electricidad barata y las condiciones favorables en Etiopía están atrayendo a las empresas chinas de criptominería, pero la incertidumbre política plantea desafíos para estas inversiones en el futuro.
