La IA es la sigla de Inteligencia Artificial; es un programa de computación diseñado para realizar determinadas operaciones que se consideran propias de la inteligencia humana.
Actualmente, existen 4 tipos de IA:
Se basa en la capacidad que un software o un dispositivo tiene de aprender por su cuenta. Tiene 3 pasos fundamentales: Aprendizaje, entrenamiento y resultados.
Va más allá del automático, engloba y procesa más datos e información al mismo tiempo.
Estas son muy útiles para el reconocimiento de imágenes de textos o para controlar robots.
Es un sistema que funciona a partir de una lógica racional que intenta imitar a un humano con dominio de una materia concreta.
Las IA tienen diversas funciones, ya que se utilizan en sectores como las finanzas, la salud, los sistemas de transporte autónomos, etc.
En la actualidad, es un sector que está evolucionando a un paso acelerado porque, cada día que pasa, mejoran sus funcionalidades.
Pueden responder a preguntas con un alto grado de complejidad o efectuar cualquier demanda que le pidamos, como puede ser un dibujo o la resolución de un problema matemático.
Las IA aprenden a base de repetir la misma función varias veces.
Por eso, para entrenarlas, es más fácil si se posee una gran cantidad de datos para entrenarlas.
Esta información les servirá como ejemplo o para tomar decisiones parecidas.
ChatGPT (Chat Generative Pretrained Transformer) se volvió tan famosa durante el año 2022, ya que poseía una gran capacidad para crear conversaciones con humanos, como si fuesen generadas por una persona real.
Debido a la cantidad de inputs o información recibida durante estas conversaciones, la IA se va actualizando por versiones, generando cada vez conversaciones más precisas.
En 1942 se establecieron en un relato llamado “El círculo vicioso” las tres leyes de la robótica.
La primera Ley:
Un robot no hará daño a un ser humano ni, permitirá que un ser humano sufra daño.
La segunda Ley:
Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
La tercera Ley:
Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera ley.