La plataforma de criptomonedas FTX, que este mes se declaró en bancarrota tras un rápido desplome, debe más de 3.000 millones de dólares (unos 2.950 millones de euros) a sus principales 50 acreedores, según admitió en un documento judicial presentado este fin de semana.
La lista no hace pública ninguna identidad, pero sí el dinero que se adeuda, que alcanza los 226 millones de dólares en el caso del acreedor que la encabeza y que incluye a una decena a los que se deben más de 100 millones.
Según adelantó en otro escrito previo, FTX calcula que puede tener en total más de un millón de acreedores tras su repentino colapso.
Según expertos, lo más probable es que los usuarios de la plataforma que se han visto afectados nunca recuperen sus fondos, dado que -a diferencia de lo que ocurre en la banca tradicional- los depósitos no estaban garantizados y no está claro cuánto dinero podría quedar para resarcirlos cuando se liquide la empresa.
FTX se había convertido en los últimos años en una de las plataformas de criptomonedas más importantes del mundo y había llegado a estar valorada en unos 32.000 millones de dólares.
Sin embargo, este mes se vino abajo en apenas unos días después de que surgiesen dudas sobre su solvencia a raíz de varias informaciones, lo que llevó a muchos usuarios a apresurarse a retirar su dinero, dejándola sin liquidez y en busca de un rescate.
Esa inyección de capital nunca llegó y FTX terminó por declararse en quiebra el pasado viernes, asegurando que esa era la mejor fórmula para proteger a sus clientes y buscar que puedan recuperar su dinero.
Según se ha sabido desde entonces, FTX habría usado miles de millones de dólares de sus clientes para financiar arriesgadas apuestas a través de su firma de inversiones Alameda Research, una práctica en principio ilegal si no contaba con el visto bueno de los usuarios.
Por ello, tanto las autoridades de Bahamas como las de Estados Unidos están investigando posibles delitos cometidos por la firma fundada por Sam Bankman-Fried, un empresario de 30 años que se había convertido en una de las figuras más conocidas del ámbito de las criptomonedas.
Asimismo, un grupo de inversores en Estados Unidos ha interpuesto en Miami (Florida) una demanda colectiva contra FTX, su directivo, Sam Bankman-Fried, y varias celebridades que promocionaron la plataforma, entre ellas los deportistas Tom Brady y Stephen Curry.
Los denunciantes acusan a la plataforma de captar a «inversores poco sofisticados en todo el país» y de causarles daños económicos que ascienden a 11.000 millones de dólares.
La semana pasada, el ejecutivo nombrado para pilotar el proceso de bancarrota, el veterano John Ray III, denunció que la compañía tenía una «ausencia total» de controles corporativos y de información financiera fiable.